Para nuestro Pueblo, para los trabajadores, para la militancia social de nuestro país, el camino hacia nuestra Constituyente Social es un desafío, una tarea y una fiesta. Un desafío porque nos estamos convocando a protagonizar una experiencia política nueva en la Argentina, y queremos hacerlo recuperando lo mejor de nosotros, en el pasado, el presente y el futuro. Una tarea, porque este sistema le ha puesto un certificado de defunción al planeta, a la vida y a los pueblos. Cada día que nos retrasamos en construir la unidad popular lo pagamos con la muerte de chicos, mujeres, adultos y abuelos.
Pero este camino también es una fiesta, porque es cierto que no hay nada más alegre e impredecible que un pueblo construyendo su poder y sus capacidades. Un trabajo feliz, que nos está integrando, que nos está mezclando, que nos constituye. Una Constituyente Social.
Pero... ¿cómo hacerla? No hay recetas. A lo largo de estos años, nos hemos hecho expertos en resistir, en sobrevivir, en lograr triunfos sectoriales muy importantes. Contra todos los pronósticos, contra el miedo que nos metió la Dictadura, contra la traición y contra la avanzada neoliberal de los 90, el campo popular está vivo. Vivo, atento y esperando. Porque falta mucho. Porque sabemos que hay tres cosas que aún no pudimos recuperar para nosotros, para nuestro Pueblo.
Ni la distribución de la Riqueza que necesitamos para terminar con el hambre y desarrollarnos, ni el proyecto ni las formas de hacer Política que nos expresen institucionalmente, ni el control comunitario sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat. Y sin esas tres cosas, todos nuestros derechos sociales están amenazados y vulnerados. No pudimos garantizarlos hasta hoy, y eso nos muestra que, para cambiar eso, el camino no es repetir viejos esquemas; que no se trata de escribir un “petitorio gigante” y sumar “adhesiones”. Se trata de construir un nuevo Movimiento Político y Social que le devuelva la Argentina a los argentinos.
¿Cómo avanzar? ¿Cómo hacerlo para que lleguemos todos juntos? ¿Cuáles son los errores que no debiéramos cometer y los elementos que sí tenemos que fortalecer? ¿Con quién, en dónde? La militancia social, sindical, la de los pueblos originarios, los jóvenes, los chicos, la de género, los artistas, los comunicadores, los educadores, los científicos, las pequeñas y medianas empresas, el activismo partidario, los trabajadores barriales, las nuevas y viejas organizaciones... ¿cómo protagonizamos esta etapa nueva en la historia del Movimiento Popular en la Argentina?
El 2 y 3 de agosto vamos a compartir el Primer Encuentro hacia una Constituyente Social de la Argentina, en la ciudad de Jujuy. Y el camino hacia esas jornadas va a ser un trayecto compartido, de creación y debate. Por eso este material no habla de lineamientos directivos o de verdades consagradas; habla de problemas, de preguntas, y de desafíos. Estamos compartiendo visiones e inquietudes, estamos caminando juntos, para hacernos estas preguntas entre todos y, sobretodo, para empezar a responderlas colectivamente, con paciencia, con fuerza y con buen humor.
Tres cosas hay en la vida
Distribución de la Riqueza, Soberanía y Democracia son cuestiones que trabajan en la base de cualquiera de nuestros derechos sociales y humanos. Cuando no están resueltos, todo lo que hacemos se vuelve un parche superficial, y le dejamos el campo libre al hambre y el autoritarismo que el capitalismo impone disfrazado de gobernabilidad institucionalizada. Pero, ¿qué características debe tener el desarrollo político que efectivamente garantice que estos temas se resuelvan a favor de los sectores populares, en la sociedad y en el Estado?
La Distribución de la Riqueza: el cascabel y el Gato
La inequidad en la distribución de la riqueza es un crimen planificado que el capitalismo impone en todo el planeta. Cuarenta millones de personas mueren al año por hambre (40 mil chicos por día), mientras tres mil millones de seres humanos viven en la pobreza y mil millones en la indigencia, en el marco de una globalización planificada económicamente que causó diez veces más muertes que la Segunda guerra mundial. Un poblador promedio de un país rico de Europa o Estados Unidos consume cuatrocientas veces más por día que lo que consume un ciudadano de un pais pobre (un habitante de Suiza gasta en un día lo que uno de Mozambique gasta en un año). Y no por falta de recursos; sobran alimentos y riqueza, lo que no se logra es una justa y racional distribución de lo que se produce. En la Argentina no nos quedamos atrás en la inequidad; no somos Mozambique, pero la mitad de nuestra población es pobre; y cuando supuestamente la economía del país crece, la diferencia entre ricos y pobres es cada vez mayor. La copa no derrama nunca por sí sola. Aunque en los últimos años la masa de ingresos se expandió en $9.426,5 millones, el 50% se concentra prácticamente en el 20% de la población de mayores ingresos. El 30% de la población de mayores ingresos se apropiaron del 62,5% de los mayores ingresos. Por su parte, el 40% de la población con ingresos más bajos solo se apropiaron del 12,8% de los ingresos generados.
Dicho de otro modo, de cada $100 que se generaron en los últimos años por el proceso de crecimiento económico, el 30% más rico se quedó con $62,5, restando $37,5 a ser repartidos por el 70% restante de la población. Queda muy claro cuál es la “pauta distributiva” de la sociedad, máxime cuando se considera que el 40% más pobre captó apenas $12,8 y el 30% de los sectores medios explican los restante $24,7 restantes. Con esta distribución de la riqueza, cualquier “política social” cumple el rol de un “hospital de campaña” en el medio de una guerra, en la que cada vez llegan más heridos. Y de esos pobres, el 70% son chicos y jóvenes. Por el paco, por el desempleo, por la precarización, por la violencia. No hay política seria sin otra distribución de la riqueza; no hay desarrollo posible, ni generación de empleo consistente. Sin embargo, ¿cuál es la experiencia política que tiene que poder ubicar este problema en su verdadera dimensión? Únicamente la que surja de un compromiso de toda la sociedad para terminar con el invento del hambre en la Argentina, que le ponga límites a la voracidad de la cúpula empresaria dominante y desate un proceso de desarrollo que tenga a la gente adentro.
Soberanía: ¿de quién es la Argentina?
Del mismo modo, la contaminación de las napas de agua en barrios y ciudades, la depredación de los recursos energéticos y minerales, la extranjerización y privatización del patrimonio público (incluyendo a la tierra y a la capacidad de producción de alimentos) nos hacen sentir que nuestro país está tomado; que la Argentina es el nombre de un montón de negocios privados que hipotecan el futuro de generaciones enteras en función de una rentabilidad insaciable y globalizada. El hábitat, el medio ambiente y nuestros recursos naturales son un derecho comunitario y público antes que un negocio empresarial. El proceso político que es urgente abrir en la Argentina también tiene que posibilitar la creación de un poder social que le devuelva a la comunidad trabajadora sus derechos sobre la tierra y sobre lo que ella produce, que se reconcilie con la naturaleza, el planeta y la vida desde un proyecto integral y sustentable, que haga de los barrios, los pueblos y los parajes el escenario de un destino común y un futuro previsible para nuestros pibes, con un Estado popular y una sociedad que proyecta un vida en común con Latinoamérica y el mundo. Eso no lo hace un salvador o una organización meramente “institucional”. Lo hace un nuevo Movimiento Político y Social.
Democracia: ¿cómo es eso de que el Pueblo “no delibera ni gobierna” sino cuando delega en otro?
Una justa distribución de la riqueza y un ejercicio cotidiano de soberanía popular sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat sólo son posibles en el marco de una transformación estructural en los modos de hacer política. Se trata de impulsar un proceso integral de Democracia Participativa, en la que los ciudadanos, las organizaciones sociales y todas las representaciones sociales estemos articulados en una nueva institucionalidad. Un modo de entender lo público, lo comunitario y lo estatal que supere la cultura de la delegación y promueva el compromiso cotidiano de los ciudadanos en la construcción del destino común, y no solamente en la elección de candidatos institucionales y partidarios. La tan mentada “crisis de representación” no se resuelve con el cambio de representantes, sino con un Poder distinto en manos de los representados. Consulta Popular, Presupuesto Participativo, Paritaria Social, son instrumentos creadores de una Democracia real, en la que la comunidad pueda votar todos los días, y sobre los problemas cotidianos, construyendo el poder transformador que históricamente forma parte de nuestra identidad como Pueblo.
Un Camino hacia Nosotros Mismos
En el camino hacia la Constituyente Social, miles de argentinos y argentinas queremos experimentar una construcción política distinta; edificar sobre nuestra fuerza, resolviendo las debilidades del movimiento popular en un trabajo de organización, reflexión y creación. Buscar lo mejor de lo que tenemos dentro, y confiar en eso al compartirlo. Sabemos que no hay atajos y que no queremos seguir delegando ¿cuáles son esas primeras preguntas que queremos compartir? Y además... ¿con quién queremos responderlas? Un proyecto de Nación, un sueño que se hace realidad todos los días, es un camino peligroso. Un camino que el Poder intenta desbaratar por cualquier medio: por la explotación, por la distracción, por la fragmentación entre nosotros y por la represión. ¿Podemos empezar a recorrerlo?
Estas “100 Preguntas para el Campo Popular” pueden ponernos en crisis; pueden forzarnos a no caer en simplismos; pueden obligarnos a repetir lo importante hasta el cansancio; pueden empujarnos a averiguar lo que no sabemos. Todo eso está muy bien. Pero quizá sea importante ver que el objetivo fundamental es otro; es reconocer que lo verdadero es lo que decidimos compartir desde el inicio como proyecto y que, para eso, no hay otro modo que empezar a transitar conscientemente un camino de unidad.
Que el camino no esté claro al inicio, no es un problema grave; por el contrario, puede ser la prueba de que lo que estamos construyendo también deberá tener su propia luz, su forma de iluminarse entre todos.
Por eso, la mejor respuesta, es la colectiva; no sólo porque va a ser la mirada más completa, sino porque es la que seguramente genera más preguntas y la que nos acerca a un modo comunitario de ver la realidad.
Llegar hasta Nosotros es la clave. Descubrir las raíces de nuestra capacidad en cada problema es el primer paso posible para resolverlo colectivamente. Si las preguntas no nos llevan hasta ahí, probablemente no avancemos.
En ese punto, las preguntas nos pueden devolver una afirmación importante: la certeza de que NOS NECESITAMOS. De que no basta con soportarnos, sino que tenemos que QUERERNOS. Que el poder que tenemos que construir necesita de la amistad, el modo más antiguo de la organización popular.
Si las preguntas pueden llegar hasta ahí, hasta la raíz de cada problema, pero también de nuestra capacidad para enfrentarlo, nos queda pendiente lo que hay que crear entre todos, la mejor de las aventuras colectivas. Esa es la organización que viene, con sus formas territoriales, sectoriales, temáticas, institucionales, sociales y culturales. Pero habremos partido, por fin, de algo muy serio; la certeza de que LO NUEVO ESTABA ENTRE NOSOTROS.
Distribución de la Riqueza
¿Cuánto deberías ganar para vivir dignamente vos y tu familia? ¿Te alcanza lo que llevás cada semana? Este tema ¿Es un tema que se va a resolver pronto y para bien? Suponiendo que no se resuelva con vos ¿a tus hijos les va a ir mejor? ¿o no? ¿es que en nuestro país no hay dinero suficiente como para que podamos vivir bien? ¿Con quién deberías hablar y organizarte para empezar a resolver este asunto? De estas y otras cosas hablan las preguntas que siguen:
1. ¿Estamos hablando de lo mismo cuando decimos “Distribución de la Riqueza”? ¿De qué riquezas estamos hablando?
2. ¿Tenemos alguna idea o datos actuales de las riquezas que produce la Argentina y de cómo las produce?
3. ¿A través de qué mecanismos deben distribuir el Estado y la sociedad las riquezas producidas colectivamente? ¿y como las distribuye en la actualidad?
4. La Argentina ¿es un país rico o un país pobre?
5. ¿Cómo es actualmente la Distribución de la Riqueza en nuestro país? ¿A qué sectores beneficia y a qué sectores perjudica? ¿Por qué?
6. ¿Cuáles son las consecuencias económicas, sociales, culturales y políticas de la distribución de la Riqueza que tenemos en el país?
7. ¿Quiénes definen realmente la distribución de la Riqueza en la Argentina? ¿Cómo y dónde se discute?
8. ¿Alguna vez el Estado argentino (o el gobierno) te consultó sobre qué distribución de la Riqueza te parece la correcta?
9. La actual distribución de la Riqueza ¿influye en nuestra realidad cotidiana? ¿En qué se nota?
10. ¿Cómo creemos que la cuestión de la pobreza va a impactar en el territorio, en la realidad regional de nuestra zona y en nuestro sector de trabajo?
11. ¿Cuáles son los elementos que habrá que enfrentar a causa de la pobreza en el futuro ?
12. ¿Qué proceso debería darse para garantizar en la Argentina una distribución más equitativa de la Riqueza producida?
13. ¿Hay una estrategia posible para crear una Sociedad y un Estado que realicen otra Distribución de la Riqueza en la Argentina? ¿Podemos imaginarla y definirla, aunque sea difícil?
14. ¿A quiénes debería incluir ese proceso?
15. ¿Qué acciones deberían darse en ese proceso?
16. ¿En dónde deberían darse esas acciones? ¿En lo institucional, en el barrio, en la familia? ¿cómo?
17. ¿Con qué recursos se podría bancar ese proceso?
18. ¿Podemos aportar algo en ese proceso? ¿Qué puedo aportar como persona? ¿Qué puedo aportar como organización o sector social?
19. ¿Conocemos alguna experiencia que haya significado un avance concreto en la lucha por la Distribución de la Riqueza? ¿Cuál fue? ¿Cómo se dio?
20. ¿Con quién deberíamos “aliarnos” para poder impulsar un proceso de este tipo? ¿Es posible? ¿Cuáles serían los próximos pasos?
21. ¿Qué tenemos a favor en la posible articulación con otros sectores en esta lucha?
22. ¿Cuáles son los principales obstáculos que tenemos para una articulación real con otros grupos, organizaciones y realidades?
23. Las identidades sectoriales ¿son una fortaleza o una debilidad a la hora de pelear este tema en conjunto? Ejemplificar.
24. ¿Cómo pueden superarse los obstáculos que vemos en este proceso?
25. Específicamente desde mi identidad, mi lugar o mi sector1, tenemos una relación particular con este tema; ¿qué valor especial podemos poner en juego para impulsar otra distribución de la riqueza más equitativa? Por otro lado, ¿qué límite concreto tenemos?
Provenimos de distintos sectores, y cada uno tiene una mirada particular sobre estos temas de la distribución de la riqueza, la soberanía y la democracia; ¿cómo es la mirada de los pueblos originarios, trabajadores, sindicalizados o no, activistas religiosos, sociales o barriales, comunicadores, docentes, militantes partidarios, de género, jóvenes, gente que trabaja con los chicos, investigadores, profesionales de distintas tareas, artistas, pequeños y medianos empresarios o productores, etc.? Quizá no sea exactamente la misma (es más, sería saludable que no lo fuera).
26. ¿Cuáles son los posibles “costos políticos” en un proceso de este tipo?
27. ¿Hay actores que van a tratar de impedir este cambio? ¿Quiénes son?
28. ¿Qué hechos podemos prever que van a darse? ¿que van a hacer otros actores sociales para impedir este cambio?
29. Este tema, ¿está relacionado con el problema de la participación popular en la política institucional, o no tiene nada que ver?
30. Este tema, ¿está relacionado con el problema de la soberanía comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat, o no tiene nada que ver?
Democracia
¿Alguien del Gobierno o del Estado te consulta varias veces al año para saber cómo resolver los problemas de tu comunidad, de tus derechos o del trabajo?¿Se toma en cuenta lo que proponés?¿vos considerás que sería una pérdida de tiempo que pudieras opinar, o te parece que serviría para algo? Si hasta hoy no se te consulta a vos o a tu familia ¿vos ves que eso va a cambiar pronto? ¿Vale la pena intentar que se consulte periódicamente a la gente en una Democracia Participativa? ¿Con quiénes deberíamos organizarnos para lograrlo? Sobre estas y otras cosas giran las siguientes preguntas:
31. ¿Qué entendemos por participación popular en la política? ¿De qué participación estamos hablando?
32. ¿Alguna vez el Estado argentino te consultó sobre qué formas de participación política te parecen las mejores?
33. En la actualidad, en nuestro país y en el sistema que tenemos, la única herramienta de participación política indispensable es la elección de candidatos de los partidos políticos en cargos legislativos o ejecutivos del Gobierno cada dos o cuatro años. ¿Es suficiente esa única forma de participación popular en las decisiones políticas comunitarias? ¿Por qué?
34. ¿Cómo evolucionó la participación popular en las distintas elecciones a lo largo de estos 25 años de Democracia institucional? ¿fue aumentando o disminuyendo? ¿lo sabemos? ¿Podemos averiguarlo?
35. Consultas Populares, Democracia Participativa, Plebiscitos, Iniciativas Populares son formas que permiten la ampliación de la participación popular y de organizaciones sociales en la toma de decisiones sobre políticas públicas... ¿Sabemos en qué consisten estas herramientas? ¿Las implementan los gobiernos? ¿las utilizamos habitualmente?
36. Las políticas públicas y los Gobiernos que conocemos, ¿respetan y promueven la participación popular en la toma de decisiones importantes?
37. ¿A través de qué mecanismos se puede gestionar la participación popular en la toma de decisiones políticas, además de los que ya se mencionaron?
38. En la Argentina, ¿se podría realizar concretamente un sistema político más participativo o no? ¿Porqué?
39. ¿Mejoraría nuestra realidad si pudiéramos participar más cotidianamente de la toma de decisiones sobre las políticas públicas en nuestro lugar o sector de trabajo?
40. Actualmente los mecanismos más difundidos de participación son los de la Democracia Representativa (partidos, candidatos y elecciones); este sistema ¿beneficia a algún sector en particular? ¿a quiénes?
41. ¿Cuáles son las consecuencias económicas, sociales, culturales y políticas de que la democracia que tenemos en la Argentina sea restringida casi únicamente a la elección de candidatos de los partidos políticos?
42. ¿Quiénes definen realmente el grado y las formas de la participación popular en la toma de decisiones importantes en la Argentina? ¿Cómo y dónde se discute este tema?
43. El hecho de que existan tan pocas formas de participación popular en política pública fuera de la elección de candidatos partidarios ¿influye en nuestra realidad cotidiana? ¿En qué se nota?
44. Esta participación “restringida” que tenemos ¿Cómo creemos que va a impactar en la realidad regional de nuestra zona?
45. ¿Cuáles son los elementos que habrá que enfrentar en el futuro si esta realidad de participación restringida sigue así?
46. ¿Qué proceso debería darse para garantizar en la Argentina la realización de una Democracia Participativa?
47. ¿Cuál creemos que es la estrategia para crear una Sociedad y un Estado que realicen una Democracia Participativa? ¿Podemos imaginar y definir esa estrategia, aunque sea difícil?
48. ¿A quiénes debería incluir ese proceso de cambio, ampliación y profundización de la Democracia?
49. ¿Qué acciones deberían darse en ese proceso? 50. ¿En dónde deberían darse esas acciones? ¿En lo institucional, en el barrio, en la familia? ¿cómo?
51. ¿Con qué recursos podría impulsarse ese proceso?
52. ¿Podemos aportar algo en ese proceso? ¿Qué puedo aportar como persona? ¿Y como organización o sector social?
53. ¿Conocemos alguna experiencia que haya significado un avance concreto en la lucha por una Democracia Participativa? ¿Cuál fue? ¿Cómo se dio?
54. ¿Con quién deberíamos “aliarnos” para poder impulsar un proceso de este tipo en todo el país? ¿Es posible? ¿Cuáles serían los próximos pasos?
55. ¿Qué tenemos a favor en la posible articulación con otros sectores en esta lucha?
56. ¿Cuáles son los principales obstáculos que tenemos para una articulación real con otros grupos, organizaciones y realidades en torno de este tema?
57. Las identidades sectoriales ¿son una fortaleza o una debilidad a la hora de pelear este tema en conjunto?
58. ¿Cómo pueden superarse los obstáculos que vemos en este proceso?
59. Específicamente desde mi identidad, mi lugar, mi sector, tenemos una relación particular con la cuestión de la participación política; ¿qué valor especial podemos poner en juego para impulsar la transformación buscada? Por otro lado ¿qué límite concreto tenemos?
60. ¿Cuáles son los posibles “costos políticos” en un proceso de este tipo?
61. ¿Hay actores que van a tratar de impedir este cambio? ¿Quiénes son?
62. ¿Qué hechos podemos prever que van a darse? ¿que van a hacer otros actores sociales para impedir este cambio?
63. Este tema, ¿está relacionado con el problema de la distribución de la riqueza en la Argentina, o no tiene nada que ver?
64. Este tema, ¿está relacionado con el problema de la soberanía comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat?
65. ¿Qué entendemos por soberanía comunitaria sobre los recursos naturales, el hábitat y el medio ambiente?
66. En la actualidad, en nuestro país y en el sistema que tenemos, la soberanía sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat está acotada a la idea del respeto a la propiedad privada y a la explotación de empresas privadas. Es por eso que gran parte
Soberanía sobre los Recursos Naturales, el Medioambiente y el Habitat
¿Estás seguro del agua que tomás y de la comida que comés? En la cuestión de la contaminación y los recursos naturales, ¿creés que en la Argentina se está evolucionando para bien o para mal? En estos años de tanta riqueza argentina en explotación del petróleo, ¿mejoró la situación en tu casa económicamente? La luz, el gas, el combustible... ¿son elementos que el Estado te garantiza como un derecho social básico? Estos temas... ¿se van a resolver pronto y para mejor? ¿Con quiénes deberíamos organizarnos para resolver estos problemas? Sobre estas y otras cuestiones giran las siguientes preguntas: de nuestro territorio y recursos minerales y naturales están siendo explotados, depredados y contaminados por empresas extranjeras y nacionales privadas ¿Son suficientes las herramientas de soberanía comunitaria que tenemos actualmente sobre los recursos naturales? ¿Por qué?
67. ¿Cómo evolucionó el tema de la explotación privada, la contaminación y la apropiación y el control comunitario sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat a lo largo de estos 25 años de Democracia institucional? ¿fue mejorando o empeorando la situación en los distintos lugares del país? ¿lo sabemos? ¿Podemos averiguarlo?
68. La nacionalización y socialización comunitaria de los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat son políticas que muchos países de Latinoamérica se están aplicando ¿Sabemos en qué consisten estas herramientas? ¿se realizan en la Argentina?
69. ¿Alguna vez el Estado argentino te consultó tu opinión acerca de la soberanía popular y comunitaria sobre los recursos naturales?
70. Las políticas públicas y los Gobiernos que conocemos, ¿respetan y promueven el control comunitario sobre los recursos naturales, el medio ambiente o el hábitat, o se los dejan a la actividad empresarial y privada?
71. ¿Qué sabemos de la situación en nuestra zona respecto del derecho de todos los habitantes a la tierra y a la vivienda, que está mencionado en la Constitución Nacional?
72. ¿A través de qué mecanismos se puede gestionar la soberanía comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat?
73. En la Argentina, ¿se podría realizar la soberanía popular y comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat?
74. ¿Mejoraría nuestra realidad si tuviéramos soberanía comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat en nuestro lugar o sector de trabajo?
75. Actualmente este tema se maneja desde la óptica de la propiedad privada y la explotación empresaria; esto ¿beneficia a algún sector en particular? ¿a quiénes?
76. ¿Cuáles son las consecuencias económicas, sociales, culturales y políticas de que prevalezca esta visión privatista en el tema de los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat?
77. ¿Quiénes definen realmente el grado y las formas de soberanía popular y comunitaria en el tema de los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat? ¿Cómo y dónde se discute este tema?
78. El hecho de que actualmente este tema se maneje con una visión de explotación privada ¿influye en nuestra realidad cotidiana? ¿En qué se nota?
79. Este modelo de explotación privada, contaminación y depredación de los recursos naturales argentinos ¿Cómo creemos que va a impactar en la realidad regional de nuestra zona?
80. ¿Cuáles son los elementos que habrá que enfrentar en el futuro a partir de esta realidad?
81. ¿Qué proceso debería darse para garantizar en la Argentina la realización de una política de soberanía comunitaria y popular en el tema de los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat?
82. ¿Cuál creemos que es la estrategia para crear una Sociedad y un Estado que hagan efectiva la soberanía popular y comunitaria en el tema de los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat? ¿Podemos imaginar y definir esa estrategia, aunque sea difícil?
83. ¿A quiénes debería incluir ese proceso de cambio de enfoque sobre estos temas?
84. ¿Qué acciones deberían darse en ese proceso?
85. ¿En dónde deberían darse esas acciones? ¿En lo institucional, en el barrio, en la familia? ¿cómo?
86. ¿Con qué recursos podría impulsarse ese proceso?
87. ¿Podemos aportar algo en ese proceso? ¿Qué puedo aportar como persona; qué puedo aportar como organización o sector social?
88. ¿Conocemos alguna experiencia que haya significado un avance concreto en la lucha por un control comunitario y popular en el tema de los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat? ¿Cuál fue? ¿Cómo se dio?
89. ¿Con quién deberíamos “aliarnos” para poder impulsar un proceso de este tipo en todo el país? ¿Es posible? ¿Cuáles serían los próximos pasos?
90. ¿Qué tenemos a favor en la posible articulación con otros sectores en esta lucha?
91. ¿Cuáles son los principales obstáculos que tenemos para una articulación real con otros grupos, organizaciones y realidades en torno de este tema?
92. Las identidades sectoriales ¿son una fortaleza o una debilidad a la hora de pelear la soberanía popular y comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat en conjunto?
93. ¿Cómo pueden superarse los obstáculos que vemos en este proceso?
94. Específicamente desde mi identidad, mi lugar o mi sector, tenemos una relación particular con la cuestión de la soberanía comunitaria sobre los recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat; ¿qué valor especial podemos poner en juego para impulsar la transformación que buscamos? Por otro lado ¿qué límite concreto tenemos?
95. ¿Cuáles son los posibles “costos políticos” en un proceso de este tipo?
96. ¿Hay actores que van a tratar de impedir este cambio? ¿Quiénes son?
97. ¿Qué hechos podemos prever que van a darse?
98. ¿Qué van a hacer otros actores sociales para impedir este cambio?
99. Este tema, ¿está relacionado con el problema de la distribución de la riqueza en la Argentina, o no tiene nada que ver?
100. Este tema,¿está relacionado con el problema de la participación popular en la política institucional, o no tiene nada que ver?
¿Qué modelo de organización popular, institucional y social puede contribuir a la resolución de las tres cuestiones (Distribución de la Riqueza, Democracia Participativa y Soberanía Popular sobre los Recursos naturales, el medio ambiente y el hábitat)?
¿Qué características debe tener esa experiencia política? En el camino de esa construcción ¿Qué elementos del pasado debemos tomar, y qué elementos del pasado debemos superar? ¿Cuál es el lugar que debe ocupar el sector social al que pertenecemos?
¿Cuánta certeza tenemos? ¿Cuánto miedo? ¿Cuánta esperanza?
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